“No hablo mal de los pobres porque de allá vengo, ni de los
ricos porque para allá voy”. –Anónimo
Cuando hablamos de gente rica, a veces el primer pensamiento
que se nos viene a la mente es de algo negativo, en mi tierra (Sinaloa, México)
solemos decir “ah de ser narco” “ya a de andar en malos pasos” “prefiero vivir
tranquilo aunque no tenga lujos”, quizá de donde ustedes son se dicen cosas
como que los ricos explotan a las personas, que son personas déspotas,
soberbias, codiciosas, inhumanas, etc. (no quiero que se sature el blog jaja)
este tipo de pensamiento abunda, y en parte es comprensible, los medios de
comunicación nos dicen todo el día como las personas con mucho dinero suelen robárselo,
que mejor ejemplo en este momento que los Panama
Papers, millones de documentos en los cuales se inculpa a algunos
empresarios, políticos, futbolistas… bueno personas que de una manera ilícita han
retenido dinero en paraísos fiscales (en este caso panamá, uno de tantos),
personas que son millonarias y que son un mal ejemplo para la sociedad y para
todos los emprendedores que quieren llegar a tener lo que ellos tienen, por eso
es entendible que nuestro primer pensamiento hacia las personas ricas sea
negativo, sin embargo, es algo en lo que no debemos estar de acuerdo, y ustedes
me dirán –¿porque no? Mira como está el mundo de podrido- pero por lo mismo hay
que ser más observadores y con esto no apedrear a quien no se lo merece.
Uno de los libros que me ha estado ayudando a cambiar este
paradigma es Secretos de la Mente Millonaria de T. Harv Eker en donde explica
que si salen tanto en las noticias este tipo de situaciones en la que los
millonarios son “malos” es porque son solo pocos casos en los que si tienen
merecido que hablemos pestes de ellos, pero, la mayoría de veces las persona
ricas tienen tanta abundancia en su vida y de manera genuina (monetaria,
social, familiar, espiritual) porque gracias a que están ayudando a la
sociedad, generando empleos, haciendo que se mueva la economía, creando nuevos
producto para beneficio de sus consumidores, haciendo fundaciones y actos de
caridad porque saben que para recibir primero debemos aprender a dar. Este
pensamiento revolucionario en una clase media que poco a poco se está diluyendo
me hace reflexionar y me di cuenta que es cierto, hay tantas personas que han
conseguido su riqueza por un arduo trabajo, mismo que lo supieron canalizar en
proyectos y no solo en un empleo, canalizaron todo ese cansancio en crear,
mejorar y ayudar a su alrededor. Conozco personalmente a pocos millonarios (hasta
ahorita) y lo que me eh dado cuenta con ellos es que realmente son personas
prosperas, positivas, llenas de energía y buena vibra siempre con el afán de
servir.
Y para romper con grandes mitos les dejo una historia de
Russell H. Conwell contada en su libro Acres
de diamantes:
“Yo os digo que deberíais haceros prósperos, y que es
vuestra obligación haceros prósperos. ¡Cuántos de mis piadosos hermanos me
dicen: “y usted siendo sacerdote cristiano, ¿se pasa el tiempo recorriendo el país, arriba
y abajo, y aconsejando a los jóvenes que se hagan prósperos, que ganen
dinero?!” Sí, claro que sí.
Dicen: “¡Qué horror! ¿Por qué no
predica usted el Evangelio en lugar de ir predicando que los hombres ganen
dinero? Porque ganar dinero de manera honrada es predicar el Evangelio. Por
eso, los hombres que llegan a ser prósperos pueden ser los hombres más honrados
que encuentres en la comunidad. Y algún joven de los presentes esta noche puede
decir: “ah, pues a mí me han dicho toda mi vida que si una persona tiene dinero
no es nada honrada, que tener mucho dinero es deshonroso, mezquino y despreciable”.
Amigo mío, ése es el motivo de que tú no tengas dinero, el tener esa idea de la
gente que ha prosperado.
Y otro joven me dice: “A veces
oigo hablar de hombres que consiguen millones de dólares de forma deshonesta”.
Si, por supuesto, también yo. Pero, de hecho, son casos excepcionales que los
periódicos hablan de ellos como noticia, y lo hacen constantemente hasta que te
formas la idea de que todas las demás personas ricas se hicieron ricas con
métodos deshonestos.
Amigo mío, tu […] llévame […] a los
barrios de las afueras de filadelfia y preséntame a los propietarios de las
casas que hay en los alrededores de esta gran ciudad, casas tan hermosas, con
jardines y flores, esas espléndidas y artísticas, y yo te presentaré a las
mejores personas de nuestra ciudad, tanto por su carácter como por su empresa.
[…] El hecho de ser propietario de su casa hace más honorable, honrado y puro,
auténtico, ahorrador y cuidadoso a quien la posee.
Predicamos en contra de la codicia […] en el pulpito […]
y empleamos los términos “cochino dinero” de forma tan extrema que los
cristianos se forman la idea de que tener dinero es malo para cualquier hombre.
[…] El dinero es poder; Y deberíais ambicionar razonablemente poseerlo.
Deberíais porque podéis hacer un mayor bien con él, que sin él. Es con dinero
como se imprimieron vuestras Biblias, como se construyeron vuestras iglesias,
como se envía a vuestros misioneros y como se paga a vuestros predicadores. […]
Yo digo, pues, que deberíais tener dinero. Si podéis llegar a ser rico
honradamente. Es un error espantoso por parte de estas piadosas personas pensar
que, para ser piadosos, deben ser terriblemente pobres.”
-Russell H. Conwell
Empecemos a crear, para generar oportunidades a nuestro alrededor que esta hambriento de estas, seamos esos ejemplos íntegros para iluminar a los demás de que se puede cambiar nuestra sociedad, solo si estamos dispuestos a trabajar, por un bien común.
-Columnista Emprendedor Esperanzado.
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